Estimada comunidad educativa, quiero agradecer profundamente estos 10 años en que fuí parte de esta familia del CIT. El Señor me permitió hacer la experiencia de los discípulos cuando él, los invitó a levantar la mirada y ver cómo los campos estaban amarillentos para la siega. (cf Juan 4, 35). El Señor estaba aquí haciendo su obra y me fue mostrando a través de estos años los signos de su Reino ya presentes y desarrollándose en los alumnos, en los apoderados, en los funcionarios. Él continuará haciendo la obra que ya ha comenzado en ustedes. Con San Pablo quiero pedirles que «conserven el precioso depósito de la fe que han recibido» (cf 2 Tim 1,14).Que la bendición de Dios envuelva siempre sus vidas.
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